La teoría de la música de las esferas se remonta al filósofo griego Pitágoras (570-490 a.C.)
Mientras escuchaba en una forja los golpes de diferentes martillos aplicó estos a una Teoría de Lamblicus Chalcidensis, también llamado Lamblicus de Apamea por su origen sirio, según la cual se pueden expresar los valores de los sonidos en relaciones cuantitativass, en números y en términos geómetricos. Con ayuda de instrumentos de cuerda, descubrió la relación entre la frecuencia y la altura del sonido.
F.Gaffurio Theorica Musica Milán 1492
Según la teoría de Pitágoras, el mundo entero se compone de armonías y números. Tanto el alma microscópica como el universo microscópico se articulan, según él, en proporciones ideales, que se pueden expresar con una secuencia de sonidos.
La altura de las diferentes notas planetarias sobre la escala musical celeste se determinaba por el tiempo que los planetas tardaban en recorrer su órbita, y las distancias se relacionaban con los tonos.
Kepler complicó más el tema, atribuyendo a cada planeta una sucesión de tonos próximos.
Para Martianus Capella (S.V.a.C.) Las nueve musas que según la mitología griega influyen en las artes y la música tienen su correspondencia en las nueve esferas, la primera de estas nueve musas, Caliope representa la esfera más elevada, que se llama el primer móvil, Urania, con el cielo estrellado, Polimnia,con Saturno. Terpsícore,con Jupiter, Clío, con Marte, Melpómene, con el Sol, Erato, con Venus, Euterpe,con Mercurio, y Talía con la Luna. Mientras que para el neoplatónico Boecio, teórico de la música (S.V.d.C.) la música de las esferas celestes es un eco lejano de la música divina de los nueve coros de ángeles: Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Virtudes, Potestades, Principados, Arcángeles y Ángeles.
Robert Fludd en Utriusque Cosmi tomo I Oppenheim 1617, interpreta la música de las esferas gráficamente como un instrumento musical del Universo denominado "El Monocordio" que, desde el centro del todo produce la armonía de toda la vida en el cosmos.
Tensando o destensando la cuerda, Dios puede regular "el gran acorde" Ese Gran Acorde que los antiguos filósofos identificaban como la "octava perfecta" interpretada como la distancia que separa la tierra del cielo produciendo la música que Trismegisto en Esculapio define como: "Música no es otra cosa que saber el orden de las cosas".
Robert Fludd en Utriusque Cosmi tomo I Oppenheim 1617, interpreta la música de las esferas gráficamente como un instrumento musical del Universo denominado "El Monocordio" que, desde el centro del todo produce la armonía de toda la vida en el cosmos.
Tensando o destensando la cuerda, Dios puede regular "el gran acorde" Ese Gran Acorde que los antiguos filósofos identificaban como la "octava perfecta" interpretada como la distancia que separa la tierra del cielo produciendo la música que Trismegisto en Esculapio define como: "Música no es otra cosa que saber el orden de las cosas".
El instrumento está dividido en una octava superior, ideal, activa y una octava inferior, material, pasiva. Ambas octavas se dividen a su vez en cuartas y quintas. El principio inmaterial superior se mueve a lo largo de los intervalos hasta la materia sombría, y el sol, en el punto de intersección recibe una fuerza transformadora.
Existe una creencia en las religiones orientales por la cual algunos discípulos aventajados en la búsqueda de la unión con la divinidad recibían en compensación al esfuerzo a lo largo de los años a través de su maestro la revelación del Conocimiento, iniciándoles en una experiencia interior, a través de la cual, el devoto reconocía la Forma Inmanifiesta de su Señor como energía pura, La llamada "Vibración Primordial" que las Escrituras citan con diferentes nombres: El Santo Nombre de Dios, El Verbo, Om, El Tao, Sat Nam, Pak Nam, la palabra Bhrámica, Jehová, Yaveh, El Saddai, Allah, etc.
Esta palabra o Verbo se manifiesta dentro del ser humano, no sólo como esa vibración, sino como "Música Interior" o "Armonía de las esferas" consistente en la audición interior de sonidos que no tienen nada que ver con los sonidos del mundo exterior, aunque por similitud se podrían comparar a cantos de pájaros, ruido de cascadas, tañido de campanas, cantos de grillos, sonidos de la naturaleza, instrumentos musicales y numerosos sonidos que no son referibles siquiera.
