viernes, 24 de junio de 2016

El dios Baal o preparando el camino a Dios

El término Baal "Señor" es el epíteto más característico que se aplica a un dios semítico occidental, hasta el punto de que algunas veces, se convierte en su verdadera denominación. En particular Baal o Baalat "señora" adjudicados a muchas divinidades, muestran también el tipo de relación que media entre el creyente y el dios, una relación de sumisión semejante  a la del súbdito o inferior hacia su amo. Estos epítetos suelen estar precisados por términos que indican el área o ámbito del cual el dios es en teoría señor. Puede tratarse de un lugar específico, como una ciudad: Baal de Ugarit, Baal de Tiro o, Baal de Sidón, Baal de Biblos, etc. Puede referirse tmbién a la denominación de un monte Baal Safon, o bien el epíteto puede individualizar un campo de acción escogido como por ejemplo el cielo Baal Shamem o el mar Baal Malage, o incluso puede referirse a un determinado y preciso lugar de culto, como la capilla o naiskos (Baal Hammon).
Este fenómeno demuestra que tras un nombre considerado como divino, se solían ocultar múltiples manifestaciones del mismo personaje, bastante diferentes unas de otras según las culturas.
El término "Baal" es, por consiguiente, un término polivalente que puede referirse a un dios de primerísimo rango como el Baal de Ugarit o también circunscribir drásticamente sus atribuciones, tanto en sentido espacial como metafórico, por ejemplo, el bíblico Baal  Berit, o Señor de Pacto. Jueces 8:33
En cuanto murió Gedeón, los israelitas se prostituyeron al rendir culto a las imágenes de Baal y al hacer a Baal-berit su dios.
 y 9:46
Cuando los de Migdal-siquem se enteraron de lo que había hecho Abimélec, fueron a refugiarse en la fortaleza del templo de Baal-berit.

Temple of Bel, Palmyra 02.jpg

En Palmira (Siria) existía un templo con dos altares opuestos, en uno de ellos se rendía culto a Baal o Bel y en el opuesto al dios lunar Aglibol y al dios solar Yarhibol. Hoy no quedan más que ruinas, de una civilización cuyas divinidades fueron de alguna de las maneras precursoras de creencias, bien concretas e incluso religiones que, por cierto, no reconocen las raíces y origenes de sus creencias. Atribuyéndolas a la infalibilidad que cada una de las mismas pretende arrogarse.